miércoles, 12 de junio de 2013

Microrrelatos Vol.8: El bosque


Todas las noches tenía el mismo sueño, en él corría incansable por el bosque dominado por una sensación de libertad; las hojas y ramas crujían bajo sus pies, la tierra blanda se metía entre sus dedos, los latidos de su corazón resonaban en sus oidos acompasando una respiración agitada... en ese momento sus sentidos se agudizaban y se sentía más vivo que nunca.

Podía pasar horas deambulando en la fría noche por la tranquilidad del lugar, corriendo sin rumbo alguno, dejandose llevar por esa experiencia liberadora. En ocasiones una luz o un olor despertaban su interes y se acercaba ciudadosamente a su origen, con suerte encontraba algún pequeño grupo de excursionistas.
Se limitaba a observarlos desde una distancia prudencial y con la astucia de un cazador comenzaba a anunciar poco a poco su presencia con pequeños ruidos, rodeando el lugar. El olor del miedo en su presa le hacía comenzar a salivar y abría verdaderamente su apetito, era entonces cuando guiado por sus instintos más animales se lanzaba sobre sus piezas, paralizadas por el terror, y saciaba su hambre voraz.

Repentinamente despertaba de su sueño, con la boca pastosa y un ligero sabor a hierro, para comprobar que continuaba postrado en la prisión que había sido sus últimos siete años esa cama de hospital.
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