Está oscuro, es la primera vez que
cruza ese pasillo, la primera vez que se enfrenta a esa bestia de
espejos llamada terror que devuelve los más horrendos reflejos cual
juez y narrador de sus propios pecados.
Hace tiempo una pequeña bombilla
colgaba en el techo del pasillo alumbrando toda la estancia. Ahora ya
no, rota o fundida ha terminado su función, dando paso a la hora de
los monstruos y los bufones que campan a sus anchas entre la
penumbra.
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