lunes, 2 de enero de 2012
Microrrelatos Vol.2: Revelación de año nuevo
Llovía, y veía las gotas como frías cuchillas de hielo que en un tintineo arrítmico chocaban contra el suelo despidiendo un sonido a diapasón, a ruido blanco y cristales rotos, sin embargo se aventuró bajo el aguacero empapándose hasta las entrañas. Y de pronto ya no eran cuchillas si no besos templados sobre su piel descubierta y era poesía, y música, y por último un catarro de cojones.
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Pero vaya catarro más disfrutado, porque como dice el refrán. Sarna con gusto no pica.
ResponderEliminarPD: me cago en la palabra de verificación
Algo ha sucedido que no me permite utilizar la fuente que acostumbro en las publicaciones por ser una fuente ajena a blogspot. Intentaré buscar solución, si no va a haber que acotumbrarse a la fuente estandar, que es bastante mas sosilla.
ResponderEliminarLlegó un tiempo en el que no sabía que hacer... pero de pronto, me lo encontré.
ResponderEliminarNo sabía que hacer con él, así que lo besé.
Desde entonces, lo hago todos los días.
Bonito cuento.
ResponderEliminarhttp://latrincherarmonica.blogspot.com.es/